Las músicas pintadas. Belén Franco. Galería Siboney. Santander. Agosto 2014.
Exposición que recoge los recoge la última producción de la autora en una serie de cuadros de “música”. Bajo la influencia de la miniaturas persas y de la cerámica griega, Franco afronta el reto de la representación de la música.
“Necesitaba, por tanto, conservar la línea de aquellos dibujos, y tenía que prescindir de que el color les diera cuerpo porque, de cierta manera, el músico y su música formaban un único cuerpo. Se trataba de que el intérprete fuera la materialización del sonido, pero sin paralizarlo, evitando una corporeidad demasiado presente que proporcionan el color y el volumen. Imbricar esas formas y colores consiguiendo que salieran y entrasen en la figura dibujada, confundiendo forma y fondo, como el aire que vacío entra en los intérpretes e instrumentos y sale lleno de sonido. Tenían que respirar y que moverse y, sobre todo, tenían que “sonar”. Estas consideraciones sobre la línea y el movimiento y los dibujos griegos me acercaron a los recursos del cómic, aunque debía disfrazarlos de algún modo, para que la “concentración” del intérprete tampoco se perdiera”.
Belén Franco. Del texto de presentación.