EMILIO GONZÁLEZ SAINZ. VISIONARIOS.
El Faro de Cabo Mayor. Santander. Julio 2015.
La obra de Emilio González Sainz, (Torrelavega, 1961) premiada y proyectada con profusión por galerías y ferias, regresa a Santander, al Centro de Arte Faro mayor, con una de las citas ineludibles del verano para los amantes del arte, que disfrutaran sobremanera con su exposición “Visionarios”, que en palabras de su autor, alude “…por una parte a esos personajes soñadores y un tanto iluminados. Por otra, a un conjunto de visiones. Un conjunto de visiones primorosamente recopiladas por un coleccionista. Esta segunda acepción no viene en el diccionario, pero me la invento yo… Y es que así son estas pinturas. Visiones. Ensoñaciones. Son pinturas que surgen del pincel. Parece cosa de magia. El pintor se sienta delante del lienzo y nada más debe rendirse a la ensoñación. Entrecierra los ojos y, sin saber cómo, alguien le introduce en el cuadro y éste va siendo revelado”.
Se trata de un paseo sutil y delicado por obras de pequeño y mediano formato. Entre gabinetes íntimos, turbadores paisajes, habitados por pequeñas figuras, y una paleta sin estridencias, testigo cómplice del ciclo de la vida, el pintor aporta su delicado universo que apela a reconciliarse con la naturaleza.
Se trata de la obra de un verdadero francotirador del paisaje, un artista que ha forjado con paciencia, silencio y minuciosa caligrafía una personalidad pictórica que invita a redescubrir el entorno. Sus paisajes son iconos poéticos que forman parte de la pintura cántabra más reconocible de los últimos años.
Como diría Jesús Marchamalo en su blog: “Siempre me han gustado sus paisajes, llenos de árboles y acantilados. Gaviotas, cielos nubosos, y ese mar plácido a veces, y otras hosco, cruzado de barcos con las velas desplegadas. Un escenario de solitarios melancólicos: escaladores y paseantes decimonónicos, de catalejo y levita, melena al viento, botines y bastón. Lagos y caminantes, tocones y pinares, casas con chimenea y un azul con nombre y apellidos. Tal vez Prusia o Windsor; verde oliva y Perylene, o gris de Payne, que es el mismo color, exactamente, que el de los atardeceres en el Norte”.
La obra reciente, -firmada la mayoría entre 2014 y 2015- son óleos y acuarelas, sus territorios habituales, pintados indistintamente tela, madera, cobre y latón. Son obras con las que el artista vinculado a la galería Siboney desde sus comienzos, testimonia su devoción por la naturaleza, o esa visión idealizada del que se siente «abrumado por lo que le rodea». Sus personajes, a caballo entre personajes de novelas esteparias e iluminados de cualquier tiempo y lugar, personajes entre el cielo y la tierra, solitarios y náufragos, ahora subrayados simbólicamente como “vagabundos”, vertebran su poética del paisaje. Composiciones equilibradas y diáfanas, muy personales, plasmadas de manera frecuente en paisajes solitarios, húmedos, norteños, espacios rurales con personajes anónimos, animales, arquitecturas.... El crítico y ex director del Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, o el pintor Antonio López han elogiado la obra de este pintor afincado en Casar de Periedo.
El propio artista, cuya trayectoria se ha asomado a espacios nacionales de Madrid, Sevilla, Barcelona, Orense y Bilbao, gusta hablar de «carisma unitario, coherencia, atmósfera y unidad de estilo», heredero del romanticismo y de muchos pintores del XVIII y XIX. A través de distancias cortas, estancias íntimas, o escenarios abiertos, el imaginario del pintor crece en cada búsqueda. Lo dijo Antonio López a propósito del citado galardón nacional, la suya es «una pintura maravillosamente realizada; un resumen de muchos siglos de arte occidental, que, a su vez, contiene un sentimiento contemporáneo».
Emilio González Sainz, es sin duda uno de los creadores cántabros con mayor proyección nacional y reconocimiento. Obtuvo en el mismo año, dos de los grandes premios nacionales de pintura: ‘Focus-Abengoa 2009’, y el VI Certamen Nacional de Pintura Parlamento de La Rioja 2009. En ambos casos el jurado ha destacado la «densidad poética de un lenguaje visual rico en matices y referencias sutiles», así como «la coherencia» en la trayectoria del artista cántabro.
La exposición se complementa por una parte con un catálogo, en el que un brillante texto del profesor Javier San Martín, titulado “Paseo por el visionario”, nos introduce en varias de las claves de las obras presentadas en el faro, por este artista que como él define, “ … vive una vida desdoblada entre sus paseos y su frecuentación de libros, mapas y relatos. Desdoblada y fluida, pues parece ver los acantilados con los ojos de Friedrich, pero también, cuando mira cuadros, pareciera como si caminara por ellos, aspirando aromas y sonidos. Una vida en la pintura”.
Y de otra, con una conferencia que el mismo Javier San Martín impartirá el domingo 19 de julio a las doce del medio día, y que bajo el enunciado “Introducción a Visionarios y Videntes”, llamará la atención a aquellos que deseen acompañarle sobre algunas diferencias entre dos términos aparentemente próximos: visionario y vidente.