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JOËL MESTRE
Reside y trabaja en Valencia
Vincualado a la pintura Neometafísica desde su participación en la exposición Muelle de Levante. Vinculado a la galería My Name’s Lolita Art.
Joël Mestre contrapone a la actual contaminación visual una pintura entregada a la calma y el recogimiento como estrategia para ralentizar la mirada y potenciar la digestión lenta y silenciosa de la imagen. Su trabajo se centra en una investigación constructiva entorno a la poética del nuevo entorno social resultante del desarrollo de las nuevas tecnologías.
Un mundo artificial y digital donde Mestre cartografía su territorio a través de una pintura basada en la reflexión y el placer de las sensaciones y los sentimientos. Parece pintar al son de las palabras, desvelando los rasgos oníricos de lo cotidiano y desatando la extrañeza con unas visiones clásicas del entorno contemporáneo donde aflora el eterno aspecto de los objetos de una modernidad tardía, desapasionada y desasosegante.
Los estudios de Marshall McLuhan orientaron sus primeras incursiones en la aldea global donde el pintor se nutre de recursos propios del medio como la luminosidad del neón, los colores digitales o el rico repertorio iconográfico procedente de la cultura de masas y el diseño. Su propuesta de un nuevo espacio pictórico atemporal y extraterritorial esta conformado por claves procedentes del entorno cibernético, la universalidad de los signos o el cosmopolitismo de las lenguas.
Mestre se identifica con una nueva concepción de la pintura enriquecida por las aportaciones procedentes de la complicidad de otros campos, como la literatura o la tecnología, que han logrado liberarla de cargas como el costumbrismo, el virtuosismo o el mero registro documental. El pintor parece hablar de lo(s) demás para hablar de si mismo, como sucede con su lectura de la pintura Metafísca en Alberto Savinio. Sus citas están embriagadas de un peculiar sentido del humor, entre surrealista y absurdo, donde se unen lo cotidiano con lo misterioso, lo banal y lo sublime, con el objetivo de construir un universo plástico coherente y sutil donde la anécdota es elevada a categoría. Su imaginación ordena las imágenes mediáticas que utiliza de referente con una lógica tan inconfundible como indescifrable, cargada de consignas y saturadas de sentido, convirtiendo de este modo sus cuadros en puros enigmas herméticamente abiertos.
Su trabajo pictórico se desarrolla en dilatadas series donde plasma su mundo y su historia, conformando un particular programa pictórico que constituye el territorio Mestre. Una suerte de atlas, siempre incompleto, donde las diferentes secciones se relacionan de un modo relativo e impreciso.
Entre sus temáticas destacan las reflexiones sobre la estética de la tecnología y la comunicación. Pero también su visión poética de las acciones cotidianas y el papel de viajero sedentario o navegador virtual del hombre moderno. Como pasajero en tránsito o nómada informático explora la estética del viaje. De la importante influencia ejercida por el escritor Rafael Sánchez Ferlosio, cabe destacar la figura pictórica del Pecio, formulada como fragmento de una realidad cuyo conocimiento solo puede ser parcial.
Entre sus referentes pictóricos destacan: Alberto Savinio, Edward Ruscha o Alex Katz.
Bibliografía consultada: Forriols, Ricardo, “Simulador (de altos vuelos), en el catálogo de la exposición Joël Mestre, Marvazelanda, Valencia, Colegio Mayor Rector Peset, 2007. Bonet, Juan Manuel, “Un pintor ya imprescindible”, en el catálogo de la exposición Joël Mestre y Teresa Cebrián, Valencia, Sala Parpalló, 1995. Mestre, Joël, “Los balcones de Telépolis”, en el catálogo de la exposición Joël Mestre, Los balcones de Telépolis, Valencia, Club Diario Levante, 1999. Rodríguez Marcos, Javier, “De la torre de marfil a la torre de control”, en el catálogo de la exposición Joël Mestre, Como párpados en las orejas, Madrid, My Name’s Lolita Art, 2000. |
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