Esta sección está dedica a presentar a los artistas vinculados al fenómeno de la Figuración Postconceptual a través de una selección representativa de su obra, acompañada de una introducción a sus claves conceptuales y estéticas, accesible a través de un buscador alfabético. Esta sección se encuentra en desarrollo y próximamente se incorporaran nuevos autores +

 

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MARÍA GÓMEZ


Salamanca 1953

Reside y trabaja en Madrid

 

 

 

Vinculada a la pintura neometafísica desde su partición en la exposición El retorno del hijo pródigo.

 

María Gómez revaloriza el proceso de búsqueda artística y espiritual en la pintura mediante la creación de un espacio metafísico en el que se produzcan encuentros reveladores propios de las escenas míticas de la tradición clásica.

 

Gómez transcribe acontecimientos prodigiosos de una vivencia íntima transformándolos en imágenes arquetípicas protagonizadas por seres primitivos. Su pintura presenta un aspecto reconocible pero incomprensible, ya que la autora juega a velar los secretos mediante las perversas trampas de la representación y desvelar los misterios a través de la iluminación. El uso de las falsas perspectivas y las complejas conexiones entre espacios construidos y paisajes naturales contribuyen a crear una confusión propia de los procesos oníricos donde la autora cuestiona las relaciones entre pintura y realidad.

 

Son significativas sus investigaciones sobre la poética de la luz como fenómeno físico y elemento simbólico. En su pintura estudia la corporeidad de su espectro visible, procedentes de fuentes naturales y artificiales, y la incidencia sobre la materia en escenas diurnas o nocturnas. Así mismo, recupera su sentido alegórico como iluminación interior y vía de acceso al conocimiento.

 

Gómez explora los límites entre la pintura y la escritura experimentando sobre dos líneas de trabajo en paralelo, pintando las imágenes que el texto revela y transcribiendo los textos sobre el lienzo en un acto de defensa de la pertinencia del libro. La lectura, como fenómeno conceptual y estético, se convierte de este modo en un tema central de su obra. La iconografía de la lectura, desde la biblioteca a la lectora, se representa en escenografías abstractas y desnudas donde se producen las revelaciones.

 

La figura del amanuense representa, en la obra de Gómez, la meditación solitaria sobre lo que la autora transcribe en silencio. El libro es revisitado desde la pintura como referente formal y conceptual. Su biblioteca se compone fundamentalmente de libros iniciáticos o místicos, destacando las vidas de santos o los que se ocupan del conocimiento presocrático. Especial relevancia han tenido sus lecturas de La contemplación de los misterios, obra del místico sufí, filósofo y poeta musulmán andalusí Ibn Arabi sobre la naturaleza de la existencia y la relación del hombre con la realidad comprensiva. El libro describe 14 visiones vinculadas a la ascensión de las estrellas, una temática que conecta con las constelaciones que protagonizan una de sus series más representativas.

 

Entre sus referentes pictóricos destacan: Giotto, Piero della Francesca, Masaccio, Giorgio de Chirico, Giorgio Morandi o Balthus.

 

 

Bibliografía consultada: Cereceda, Miguel, “Velos y desvelos de la pintura de María Gómez”; De Castro, Mª Antonia, “ Mira como brilla el reflejo del agua sobre los árboles”, en el catálogo de la exposición María Gómez. Tercer libro, Cádiz, Fundación Provincial de Cultura, 2001. Cereceda, Miguel, “Conversación”, en el catálogo de la exposición María Gómez. El escritor o las lectoras, Zamora, Junta de Castilla y León, 2003.

 

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